Una siamesa quedó embarazada y dio a luz a un hijo: así luce su bebé

Rosa y Josepha Blažek nacieron el 20 de enero de 1878 en Bohemia, y desde el primer segundo de su aparición, el destino escribió para ellas una historia única y difícil.

Los gemelos siameses, unidos por la pelvis, estaban físicamente vinculados entre sí para siempre.

Las chicas estudiaron música, actuaron en el escenario y realizaron giras por Europa.

En 1906, durante una gira por Francia, Rose conoció a un hombre que revolucionó su mundo: un joven oficial llamado Franz. Un romance floreció entre ellos.

A Josefa le costó mucho aceptar esta relación.

Se sentía fuera de lugar, pero no podía irse. Sin embargo, con el tiempo, su hermana aceptó su derecho a amar.

Los encuentros se hicieron regulares y en 1909 Francia fue conmocionada por una sensación: una de las siamesas quedó embarazada.

Claro que Rosa se consideraba embarazada, pues era la única en la relación. Pero como los cuerpos de las hermanas estaban unidos, Josefa también tuvo que pasar por todo, desde la toxicosis hasta las contracciones.

El 16 de abril de 1910, nació un niño fuerte y sano. Lo llamaron Franz en honor a su padre. El destino también mostró su lado inusual: ambas hermanas comenzaron a tener leche y juntas alimentaron al bebé, lo protegieron y lo criaron.

Las hermanas volvieron al escenario, esta vez con su hijo. El número se tituló “Dos Madres, Un Corazón”, y el público las recibió con admiración y lágrimas en los ojos.

Y entonces llegó la enfermedad. En 1922, Josefa enfermó. Los médicos sugirieron separar quirúrgicamente a las hermanas para salvar a Rosa. Pero ella se negó sin dudarlo: «Vinimos juntas a este mundo y nos iremos juntas».

Y así sucedió. Murieron el mismo día, con doce minutos de diferencia.

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