Hablar de la muerte nunca es fácil, pero entender sus señales puede ayudar a prepararnos mejor, tanto a nivel emocional como espiritual. Cuando una persona se acerca al final de su vida, el cuerpo y la mente comienzan a emitir ciertas señales inconfundibles. Ya sea por una enfermedad terminal o por causas naturales, es importante reconocer estos indicios y brindar el acompañamiento necesario.
A continuación, te presentamos las 7 señales más comunes de que la muerte está cerca:

- Somnolencia excesiva y desconexión del entorno
Una de las primeras señales es el aumento del sueño. La persona duerme casi todo el día y le cuesta responder a estímulos. Esta somnolencia profunda indica que el cuerpo está reduciendo sus funciones para conservar energía.
- Falta de apetito y rechazo a alimentos
El cuerpo comienza a rechazar alimentos y líquidos. Incluso las comidas favoritas dejan de ser deseadas. Esto se debe a que el organismo ya no necesita energía externa para mantenerse funcionando.
- Cambios en la respiración
La respiración puede volverse irregular, con pausas largas entre inhalaciones. También puede presentarse el llamado “aleteo nasal”, o una respiración ruidosa conocida como “estertor de la muerte”.
- Piel fría y color violáceo en extremidades
La circulación disminuye, por lo que las manos, pies y labios pueden tornarse azulados o violáceos. También es común que la piel esté fría al tacto, especialmente en las extremidades.
- Retiro emocional y espiritual
Muchos enfermos dejan de comunicarse con su entorno, aunque estén conscientes. Entran en un estado introspectivo, como si ya se estuvieran despidiendo interiormente del mundo físico.
- Alucinaciones o visiones de seres queridos fallecidos
Es frecuente que la persona hable con familiares fallecidos o diga ver “ángeles” o “luz”. Esto, más allá de lo médico, es interpretado por muchas culturas como una preparación espiritual para partir.
- Relajación repentina o energía final inesperada
Curiosamente, algunas personas experimentan un breve período de lucidez o energía poco antes de fallecer. Pueden hablar, sonreír o pedir comida, lo que a veces confunde a los familiares. Esta es una de las últimas etapas antes de que el cuerpo finalmente cese sus funciones.
¿Cómo afrontar este proceso?
Aceptar la muerte como parte natural de la vida es clave. En este momento, la empatía, la presencia silenciosa y el amor son los mejores acompañantes. No siempre hacen falta palabras. A veces, un gesto, una caricia o simplemente estar ahí lo dice todo.
Si eres familiar o cuidador, recuerda:
Permitir el descanso
No forzar la alimentación
Brindar paz, no ansiedad
Validar emociones, no negarlas
Reflexión final
La muerte no es el final, sino una transición. Reconocer estas señales no significa resignarse, sino acompañar con dignidad. La despedida duele, pero puede ser también un acto profundo de amor.