
La diferencia de edad en las relaciones es un tema común de discusión en la sociedad moderna. Ya sea por cuestiones de compatibilidad, madurez o normas culturales, la gente suele preguntarse: ¿Cuál es la perspectiva bíblica sobre las diferencias de edad entre los cónyuges?
Al examinar la Biblia, descubrimos que la diferencia de edad en el matrimonio no se presenta como una preocupación moral o espiritual. De hecho, las Escrituras rara vez se centran en la edad de las parejas ni la enfatizan como un factor decisivo en las uniones piadosas. En cambio, la Biblia prioriza valores como la fe, el carácter y la compatibilidad espiritual.
Exploremos lo que la Escritura dice (y no dice) acerca de las diferencias de edad en el matrimonio.
Ejemplos bíblicos: Abraham y Sara
Una de las pocas parejas en la Biblia cuyas edades se mencionan a la vez es la de Abraham y Sara. Según Génesis 17:17, cuando Dios le prometió a Abraham un hijo a través de Sara, Abraham tenía 100 años y Sara 90, lo que indica una diferencia de edad de 10 años.
Abraham cayó rostro en tierra; se rió y se dijo a sí mismo: “¿Acaso un hombre de cien años le nacerá un hijo? ¿Acaso Sara dará a luz a los noventa?” — Génesis 17:17 (NVI)
Este ejemplo muestra que, si bien la Biblia reconoce la diferencia de edad, no la presenta como problemática ni espiritualmente inapropiada. Más bien, se centra en el pacto de Dios y el nacimiento milagroso de Isaac.

¿Qué pasa con María y José?
Algunas tradiciones sugieren que José pudo haber sido mayor que María, pero, una vez más, la Biblia no especifica edades. En los Evangelios, el énfasis se pone en la rectitud de José y su obediencia a las instrucciones de Dios (véase Mateo 1:19-24 ), no en la diferencia de edad.
Dado que las Escrituras no dicen nada sobre sus edades respectivas, hacer suposiciones sobre diferencias de edad entre María y José cae en el ámbito de la especulación extrabíblica.

¿Es importante la diferencia de edad en el matrimonio cristiano?
Si bien la Biblia no considera las diferencias de edad como una preocupación espiritual o moral, sí proporciona principios claros para las relaciones piadosas. Estos incluyen:
- Fe compartida: Los cristianos están llamados a casarse con otros creyentes.
«No os unáis en yugo desigual con los incrédulos». — 2 Corintios 6:14 (RVR1960) - Unión heterosexual: El matrimonio se describe como la unión entre un hombre y una mujer.
«…el hombre dejará a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y serán una sola carne». — Génesis 2:24 (NVI) - Motivación divina: El matrimonio debe basarse en el amor, no en deseos egoístas.
«Hagan todo con amor». — 1 Corintios 16:14 (NVI) - Sabiduría en la toma de decisiones: Se anima a los cristianos a buscar la sabiduría divina en todas sus decisiones, incluyendo con quién casarse.
«Si alguno de ustedes tiene falta de sabiduría, pídasela a Dios… y se le dará». — Santiago 1:5 (NVI)
Por lo tanto, la edad no es un impedimento bíblico. Si bien las diferencias significativas de edad pueden presentar desafíos prácticos, como diferencias en la etapa de la vida o en los niveles de energía, las Escrituras no las consideran un impedimento para un matrimonio centrado en Cristo.

Consideraciones modernas sobre las diferencias de edad
En el mundo actual, una diferencia de edad notable entre las parejas, especialmente entre una mujer más joven y un hombre mayor, puede generar escrutinio social. Sin embargo, es importante distinguir entre las opiniones culturales y la verdad bíblica.
Si bien una gran diferencia de edad (por ejemplo, entre un adolescente y alguien significativamente mayor) podría generar preocupaciones éticas o legales y siempre debe abordarse con cautela, las diferencias de edad entre adultos que consienten no están moralmente prohibidas en las Escrituras.
Muchas parejas cristianas maduras, con una década o más de diferencia entre ellos, han construido matrimonios exitosos que honran a Dios, basados en el respeto mutuo y una fe compartida.
¿Qué deben priorizar los cristianos al elegir un cónyuge?
En lugar de centrarse en la edad numérica, se anima a los creyentes a considerar preguntas más profundas:
- ¿Es esta persona espiritualmente madura y está creciendo en Cristo?
- ¿Compartimos una visión común de la familia, la fe y el servicio?
- ¿Nos tratamos unos a otros con respeto, humildad y amor?
- ¿Estamos ambos entrando en la relación por razones honorables y que honran a Dios?
Siempre que ambos individuos sean adultos legalmente y entren al matrimonio voluntariamente, la diferencia de edad pasa a ser secundaria frente a estos valores bíblicos fundamentales.

La diferencia de edad no es una barrera espiritual
En conclusión, la Biblia no condena ni aprueba directamente las diferencias de edad específicas en el matrimonio. Su silencio al respecto sugiere que la edad no es una de las principales preocupaciones de Dios en cuanto a la compatibilidad en las relaciones.
Lo que más importa es que las parejas:
- Compartir un compromiso con Cristo,
- Encarnar el amor y el respeto mutuo,
- Vivir su relación con integridad y propósito.
Ya sea que la diferencia de edad sea de un año o de diez, los creyentes deben buscar la guía de Dios, aplicar la sabiduría bíblica y priorizar lo que la Escritura realmente enfatiza.