
Muchos de estos signos se confunden con problemas digestivos comunes, pero si persisten, pueden ser una señal de alerta:
Pérdida de apetito
Pérdida de peso sin razón aparente
Dolor abdominal o molestia constante
Sensación de llenura rápida al comer
Náuseas o vómitos (a veces con sangre)
Fatiga o debilidad
Acidez frecuente o indigestión
Heces oscuras (sangre digerida)…